Esto va de los libros que leo, de los que me gustan y también de los que no.

martes, 20 de enero de 2009

A Wild Sheep Chase, Haruki Murakami

Este post refiere a uno de los libros mas surrealistas que tengo conciencia de haber leído, y, aunque mi memoria no sea la de un opositor a notario, he de decir en mi defensa que recuerdo unos cuantos. Pero ninguno semejante a este.

Trato de resumir el argumento, y hago el énfasis en el “trato”. Existe en el mundo un ente que toma forma de oveja y cuenta con grandes poderes sobrenaturales entre los que cabe destacar la curiosa capacidad de poseer a personas en el mundo y utilizarlas a su antojo para generar un Nuevo Orden mundial. El protagonista del libro, que como no podría ser de otra manera es un joven de lo mas “Murakamiano” posible, es forzado por parte de una oscura corporación (al estilo de la gran Rernraku de CyberPunk) a emprenderse a la caza de la dichosa oveja, vista por última vez en unas montañas dejadas de la mano de Dios en un lugar por determinar de Japón. No está mal para empezar, desde luego. Añádase a esto una de esas mujeres fascinantes y con un halo de misterio y de fuerza, tan fuera de lugar en el mundo real como pausible en el impreso, y tenemos definido el marco para otras doscientas y pico paginas de disfrute a cargo del autor japonés más internacional del momento.

De nuevo, no me parece esta una novela a la altura de sus tres grandes obras hasta ahora (Tokyo Blues, Cronica del Pajaro que da Cuerda al Mundo y Kafka en la Orilla). Sí me parece, sin embargo, mejor escrita y mas entretenida que After Dark, comentada hace unas cuantas entradas. Sobre todo mejor escrita. De hecho, probablemente sea la obra mas poética en el sentido cursi de la palabra que he leído del autor: las descripciones de algunos personajes o del pueblo perdido en la montaña y de la historia de sus habitantes alcanzan un grado de lirismo elevado, incluso en su traducción al ingles. Siendo un poco simples, y quizá precisamente por ello precisos, podríamos decir que se trata de una novela sencillamente bonita.

Temas típicos de Murakami como el sexo más o menos explicito (más bien más, de hecho), el suicidio, animales que hablan, piensan y se comportan como personas (y en este caso, sorpresa, personas que hablan y piensan como animales), o incluso el divorcio del personaje principal, se repiten todos ellos aquí, una vez mas. También la búsqueda existencial de un personaje de algo que su vida cotidiana no le satisface adecuadamente, si bien en este caso se trata de una búsqueda más o menos forzada por las circunstancias. En resumidas cuentas, las mismas piezas de siempre aunque encajadas de forma distinta, con un nuevo giro de tuerca más imaginativo y ocurrente aún que, en definitiva, dota a la novela de una originalidad gratamente sorprendente.

Al igual que After Dark, le pongo un pero. Creo que Murakami necesita unas pocas más páginas para desarrollar sus temas clásicos y entremezclarlos en una historia razonablemente compleja, como la que plantea aquí. Sólo así consigue que sus personajes se puedan entregara sus deliciosos diálogos y paranoias varias, y es en esas novelas largas en las que más se le disfruta. Me da la sensación de que en algunos casos las alas literarias de estas novelas más breves quedan ligeramente cortadas por el mero hecho de un menor desarrollo, algo así como un coitos interruptus literario.

En definitiva, este libro cuenta con todos los ingredientes para ser un nuevo Kafka en la Orilla, pero se queda a mitad de camino. Una lástima, quizá, pero de ninguna forma debiera considerarse esto como un defecto del libro. Ser no tan bueno no quiere decir ser malo, y, al menos en mi humilde opinión (valga la redundancia, ya que esto es un blog y se entiende que todo es en mi mas o menos humilde opinión) el libro merece cederle sin cortapisas una buena tarde de domingo.

sábado, 10 de enero de 2009

Slam, Nick Hornby

Sí, ya lo sé, este blog parece un monográfico de dos autores: Cormac McCarthy y Nick Hornby (y Murakami, por el que me últimamente también estoy apostando fuerte). Qué le vamos a hacer, si quedamos en que iba a escribir sobre los libros que leyese, y me ha dado ahora por leer estos, tampoco vamos a andar mintiendo a estas edades, ¿no?

Al grano. Slam, la ultima novela de Hornby, por favor no confundir la mas reciente en las librerías en España, que es “Un Gran Chico” (“About a boy”, en realidad, y por la canción “About a girl” de Nirvana, creo yo, pero ya sabemos cómo son los chicos de Anagrama) y que acabo de leer y que será próxima entrada. Slam no ha sido traducido aún, que yo sepa.

El caso es que en el Reino Unido h a sido anunciada como la primera novela para “jovenes adultos” del autor. Lo cual da a priori cierto pánico, pensé yo cuando la compré… aunque claro, el 3X2 del Waterstones es lo que tiene, que no siempre se acaba llevando uno a casa lo que mejor pinta tiene, sino lo que le regalan. Viva la cultura y el gusto exquisito, que diría aquel.

Falsa alarma, en cualquier caso. Se trata de otro libro muy, muy entretenido, y lo de novela para “jóvenes adultos” puede perfectamente ser interpretado como “novela protagonizada por jóvenes adultos, pero no necesariamente escrita para ellos”. O algo parecido. El argumento, a grandes rasgos, es el siguiente: un adolescente cuya única pasión real es el monopatín conoce a su primera novia y, por el mismo precio, la deja embarazada. Resultado de lo cual la cosa se complica, claro, porque si las cosas no se complicasen, no tendríamos un libro de doscientas paginas. O tendríamos un libro de doscientas páginas que seria infinitamente aburrido, lo cual seria incluso mucho peor que no tenerlo. Véase desde el punto de vista que se vea, el caso es que bajo una premisa tan sencilla, más propia de una película de Antena 3 un sábado por la tarde que de una obra de arte, el autor se acerca mucho más a ésta que a aquella.

¿Cómo lo hace? Fácil, repitiendo los mismos patrones a los que ya nos tiene ya sobradamente acostumbrados: personajes chispeantes, relato en primera persona por parte del protagonista principal, el norte de Londres como telón de fondo (los hechos discurren en un barrio que prácticamente linda con el mío), y, sobre todo, unos diálogos repletos de frescura e ingenio.

Tampoco nos vayamos a confundir, comparado con las dos entradas en el blog del mismo autor este es el más flojo de los tres. No el peor por mucha diferencia, pero el peor al fin y al cabo. Los motivos, fundamentalmente dos: primero, que al focalizarse en el mundo adolescente y en personajes tan adolescentes, las píldoras de cultura contemporánea que tanto le gusta a Hornby difuminar (mísica pop, cine, fútbol, etc etc) quedan de alguna forma un poco edulcoradas y pierden sentido y contexto. Y segundo, que la faceta sobrenatural en forma de viajes en el tiempo o de Tony Hawks hablando al protagonista desde un póster, pues la verdad, para que nos vamos a engañar: en un libro como este no pegan ni con cola y podrían haber sido evitadas sin problema alguno. Vamos, que nadie es perfecto, ni siquiera el vecino Nick.

Respecto al estilo y a potenciales (y aun inexistentes) traducciones al castellano, pues coge usted, se va a la anterior entrada del autor, y se copia y pega lo que allí ponga, porque aplica a la perfección. Hornby no es un autor que innove maravillas en cada libro, ni muchísimo menos (de hecho, la feliz idea de meter un poco de ciencia ficción o surrealismo en forma de skater en este le sale por la culata), y que siga así muchos años, porque de autores innovadores y mediocres está el mundo lleno.

Sólo una cosa más. Me resulta muy curioso que en todos los libros del autor haya alguna mujer que defina tanto los actos como la personalidad del protagonista principal. Sea su mujer, su novia, o, en este caso, su madre. Aunque en ocasiones pueda parecer que el autor sea algo misógino en sus personajes, mi opinión es que todo lo contrario, ya que lo que creo que hace en todo momento habla de lo que conoce bien, que es a sí mismo, porque hablando de lo que conoce bien escribe textos mas interesantes y, por tanto, mejores, y vende más y se forra. Lo cual no impide bajo ningún concepto que transmita la forma en la que sus personajes (y, de nuevo, él mismo) se relacionan con las mujeres importantes en su vida, para lo cual dota de notable relevancia a estos “segundos protagonistas”. Resumiendo, que el personaje de la madre es clave en el discurrir de la novela, definiendo al adolescente por la forma en la que se relaciona con él, que creo que estoy algo espeso. De hecho, empiezo a pensar que aquí lo propio sería buscar por internet cuatro o cinco criticas y fusilar algo sobre la trascendencia del autor y la psicologia del mismo y cuatro paparruchas del estilo, a ver si así subimos un poquito el ranking en google. Pero como tengo cosas ligeramente más interesantes que hacer (de hecho, tengo cosas mas interesantes que hacer que escribir la entrada tal cual esta), pues casi que no.

Buenas tardes.

jueves, 8 de enero de 2009

Alter Dark, Haruki Murakami

Haruki Murakami es un crack. O como he leído por ahí, el nuevo Kafka del siglo XXI, así, por la patilla, sin exagerar ni un pelo. Tras haber literalmente devorado algunos de sus clásicos (Kafka en la Orilla, Tokio Blues o Crónica del Pájaro que da cuerda al mundo), me he lanzado recientemente a por algunos ligeramente menos conocidos.

El primero de ellos ha sido Alter Dark.

Mi impresión: muy bueno, aunque no tanto como los otros tres (para mi, a cual mas genial). Se trata de un relato razonablemente corto (unas doscientas paginas) hilado en torno al transcurrir de una noche una adolescente japonesa y sus circunstancias, conformando estas últimas su hermana, sumida en un extraño sueño perenne, un antiguo compañero de clase que ensaya en un local por las noches con su saxo, o las peripecias que tienen lugar en un burdel o en la oficina de uno de sus clientes. Todo ello muy al estilo Murakami, esto es, hilando tranquilamente algo muy sencillo, con unos personajes muy sinceros, tanto en si mismos como en la forma en que son construidos, y todo aderezado con unas cuantas situaciones inverosímiles que sin embargo, cosas de la vida y de la forma que son contadas, parecen lo mas natural del mundo, cosa de salir de casa, comprar el pan y recoger el cambio.

La estructura es bastante sencilla: en cada capitulo se narra, según va a avanzando la noche de forma progresiva, los distintos acontecimientos que transcurren en la misma desde el punto de vista de un personaje distinto. Se trata por tanto de una estructura similar a la de Kafka en la Orilla, aunque en lugar de ser una narración llamemos bipolar (nos ponemos en modo snob, parece) que converge en el ultimo capítulo, lo que aquí tenemos es mas bien una descripción circular de una noche en la que, desde la perspectiva de distintos personajes, una situación en penumbra poco a poco va apartando ramas y hojas, dejando pasar la luz y cobrando sentido según el lector de turno decide que merece la pena pasar una página más.

Lo mejor del libro, a mi humilde entender, es el primer capitulo y todos los momentos que pasan la protagonista y el aprendiz de músico juntos. Los diálogos son sencillamente irrepetibles, llamando la atención cómo con cuatro pinceladas se puede esbozar de forma nítida el tono que define ese pequeño trozo de lienzo que es cada personaje. Como siempre en Murakami, la tensión sexual (sí, sexual, guarrete) es patente en todo momento y, aunque para variar en este libro no hay ninguna relación sexual (llámese polvo, llámese hacer el amor) de esas tan explicitas que le caracterizan la sensacion de que algo intenso esta teniendo lugar entre los dos chavales es patente en todo momento. Tampoco hace acto de presencia ningún suicidio, otra de los clásicos del autor y de, por que no decirlo, la cultura japonesa en su conjunto.

Por contra, los capítulos en los que la perspectiva analizada es la de la hermana en coma son los menos interesantes en mi opinión, y, aunque Murakami trata de dotarlos de una aureola de misterio y de cierta oscuridad, susto susto, lo cierto es que no lo consigue. Lo único que logra es interrumpir una historia que por otro lado es lo suficientemente interesante por sí sola como para necesitar de toda la metafísica que rodea a la hermanita de marras. Aunque claro, sin un poquito de misterio, elementos sobrenaturales o enfermedades exóticas, Murakami no seria Murakami, ¿no?

Respecto a la traducción, y a diferencia que la mayoría de las otras entradas en el blog, en este caso la obra original esta escrita en japonés y, por tanto cabe comparar las traducciones al castellano que he leído con anterioridad de sus otras obras y ésta al ingles. Definitivamente me quedo con el traductor castellano/español (seamos políticamente correctos y, válgame Dios, correctas), no se por que me da la impresión de que el estilo cortante de Murakami llama mas la atención, por definirlo de una forma un tanto burda, al ser traducido en una lengua de natural fluido y constante, como es el español, que cuando lo encontramos en una lengua más bien cortante como es el inglés. En cualquier caso, lo cortés no impide lo valiente, y estoy convencido de que se puede disfrutar a la perfección en cualquiera de sus dos versiones. Como si la lee usted en gallego, vamos.

Resumiendo, un libro sin lógica ninguna, aunque con algo mas de lógica que otros del autor (salvo Tokyo Blues). Y, de nuevo, es precisamente en esa carencia de lógica o sentido común donde radica su encanto. No lo recomiendo como primera aproximación al autor, ya que creo que cualquiera de los tres que enuncio al principio de la entrada son mejores obras y, desde luego, mas apetitosas. Pero si sois un fan de novelas mitad surrealistas mitad “realismo mágico” (signifique lo que signifique), y si agotasteis la, por otro lado breve, obra de Kafka ya, probablemente este libro os haga pasar un muy buen rato. A mi, desde luego, me lo hizo pasar.