Esto va de los libros que leo, de los que me gustan y también de los que no.

martes, 25 de noviembre de 2008

No country for old men, Cormac McCarthy

Lo primero de todo, sigo sin teclado decente. Lo segundo, no vi la pelicula en su dia, entre otras cosas porque acabe tan hasta la gaita del se;or Bardem que decidi que me la bajaria del emule major, aunque fuese solo por fastidiar. Y asi hasta hoy.

Lo tercero, que grata sorpresa el se;or McCarthy. Por lo visto es un escritor de culto, y lo cierto es que la calidad de su literatura bien merece esa consideracion, al menos en mi humilde opinion. Un tanto escabroso, tetrico y hasta desagradable en algunas ocasiones, si tuviese que definir su prosa en una unica palabra me quedaria con “potente”. Un autentico bofeton de autentico Oeste Americano.

Y es que la novela es un western, en realidad. Ambientado en la actualidad, cierto, pero no por ello en ningun momento desapegado al caracter primario y salvaje que acompa;a a esa region dejada de la mano de Dios. Con estructura de thriller, supongo que la adaptacion a la pelicula de los hermanos Cohen se Habra acercado en la medida de lo posible a lo que el autor transmite en el libro. Dudo muy mucho que se acerquen, por mucho talento que tengan.

Por varios motivos, de hecho. El primero, porque los dialogos de tres o cuatro palabras de McCarthy son realmente escalofriantes, de lo Buenos que son y de lo mucho que transmiten. No tengo ni idea de como habran traducido este libro al castellano, pero supongo que con bastantes problemas y sudores de cabeza: el acento y la forma de hablar de Texas embadurnan y vuelven a embadurnar el texto hasta hacerlo resbaladizo, dificil de coger, y por ello especialmente interesante. Las paginas corren, vuelan, y sin poderlo remediar en poco tiempo nos encontramos con que hemos terminado el libro, y nos toca en ese momento ponernos a reflexionar sobre el mismo.

Porque realmente, muchas de las cosas que suceden son muy muy bestias. Me encanta el final, un anti happy ending por antonomasia en el que ninguno de “los buenos” gana nada, mas bien lo pierden todo. Especialmente dura la escena final que refiere a la mujer del protagonista, cierto, pero no nos enga;emos: es este tipo de resoluciones las que hacen a una historia apetecible e interesante. Y te dejan con ganas de mas.

Respecto al estilo, por lo visto es el habitual de McCarthy: seco, sin lugar a adjetivos innecesarios, poesia u otras zarandajas. Habla de situaciones muy duras, y las describe con un lenguaje duro tambien, incluso crudo. Quiza leer muchos libros del autor escritos asi puedan llegar a cansar, pero desde luego como terapia de choque frente a otros autores mas “amanerados” (aun en el major sentido de la palabra) creo que es muy recommendable. Ademas, intuyo que esta forma de escribir debe dificultar en demasia la traduccion: cuando las frases son mas largas y complejas, es siempre mas facil encontrar una traduccion adecuada, aunque quiza no literal. O no, vaya usted a saber (como si hubiese traducido yo algo en mi vida…).

Por criticar algo, si es que soy yo quien para criticar, no me gustaron demasiado los interludios del Sheriff. Sinceramente, no se hasta que punto aportan a la historia gran cosa, mas bien me parece que cortan ligeramente el ritmo de la misma. Ademas el estilo de estas introducciones es mas tradicional, no tan parco en recursos, lo cual se traduce, al menos en mi caso, en ahondar en un cambio de ritmo al que no le acabo de encontrar el sentido.

En definitiva, un buen libro para el que busque algo distinto y, tras haber leido despues “The Road”, que sera probablemente la proxima entrada del blog, un buen autor para el que busque algo radicalmente distinto.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Elektra Assassin, Bill Sinkiewicz y Frank Miller

(ojo: Entrada desde teclado ingles. Resolvere las tildes y las faltas de ortografia debidas al corrector word cuando tenga un ratito. No se alarmen ustedes, no me he quedado tonto. Aun.)

Desde canijo siempre he sido un autentico fanatic de los tebeos, a los que ahora, como soy un se;or mayor y en vez de comprarmelos mis padres los compro yo, los llamo comics. Primero fue Mortadelo, luego evoluciono en superheroes de la Marvel y de DC, y, tras un breve y no excesivamente satisfactorio periplo por el Manga, me pase a las novelas graficas. Que se pueden resumir como tebeos con argumentos no sonrojantes (en la mayoria de los casos) que antes o despues acaban siendo adaptados, con mas pena que Gloria, para el cine. En fin.

De mi epoca Marvel recuerdo con especial cari;o una coleccion, los Nuevos Mutantes. Se trataba de una panda de mocosos a las ordenes del Profesor Xavier (efectivamente, el calvo) que venian a ser el repuesto de la Patrulla X. Argumentos para adolescentes, primeros novios y novias, etc etc etc. Apasionante cuando tienes 13 a;os, vamos. El caso es que la serie no valia nada, hasta que en el numero 14 aparecio por alli un Nuevo dibujante llamado Bill Sinkiewicz, que hasta entonces no era demasiado conocido por aquellos lares.

El solito convirtio el tipico tebeo infantiloide en un comic casi para adultos. Sus delirantes dibujos (pinturas, en realidad, ya que utiliza pintura propiamente dicha en lugar de tinta en la mayoria de sus obras) transmitian algo que, desde luego, no tenia absolutamente nada que ver con cualquier experiencia grafica a la que me hubiese puesto yo delante. Aun hoy, cuando me pongo delante de aquellos tebeos, ya corroidos y amarillos por el paso del tiempo, se me erizan los pelos y siento un ligero escalofrio, recordando lo mucho que disfrute en su dia con ellos…

PD: me faltan algunos numerous de los Nuevos Mutantes. Si alguien tiene tebeos viejos en casa, y tiene algun numero de esta serie, que me escriba un Emilio plis.

El caso es que Elektra es la obra mas famosa de este dibujante, probablemente porque se junto con otro Coloso de la vi;eta, Frank Miller. No soy ningun fan de Frank Miller, la verdad: me parece que como guionista no es nada del otro mundo, y que las historias que cuenta pecan en general de simplistas, sobre todo cuando se pone en la piel de comic para adultos. Sin City quiza sea una excepcion, pero, aun asi, creo que carece de la profundidad de otros autores, lease Alan Moore y compa;ia.

En cualquier caso. Elektra es una autentica fiesta para los sentidos. Personajes totalmente desquiciados, un grafismo que desde mi humilde e ignorante punto de vista es mucho major que buena parte de los pingajos que tienen colgados en el Tate o en el Reina Sofia (el otro dia vi una exposicion sobre Rothko y me quedo bastante claro que parte del arte moderno es definitivamente una mayuscula tomadura de pelo). Pasar cada pagina es una delicia, y el mero hecho de que el argumento sea confuso y no especialmente bien desarrollado redunda incluso aun mas en el disfrute de la obra en si, al obligar al lector a concentrarse y revisitar vi;etas durante mas tiempo, descubriendo detalles que en primera instancia pasaron desapercibidos.

Aparte de ello, siempre he sido un fan de las historias catastrofistas de la Guerra fria. Igual que en Watchmen sabian explotar la continua tension que existia entonces a la perfeccion, los autores tambien lo hacen aqui (Watchmen, para los no versados, probablemente el major comic de la historia, y, sin lugar a dudas, el mejor comic de superheroes de la historia. Lo destrozan en el cine el a;o que viene, para los que les gustan las palomitas). El aspirante a Presidente de los Estados Unidos que pintan es una curiosa mezcla entre Obama y Kennedy, y el Presidente en funciones es una magnifica caricatura de Reagan/Nixon.

En definitiva, una magnifica novella grafica, con un poco de superheroes, un poco de Guerra fria y el mejor ilustrador que este humilde bloguero puede recordar. Si es poco, siempre esta Dan Brown, para presumir en el Metro.

martes, 11 de noviembre de 2008

High Fidelity, Nick Hornby

Cuando en su día vi la película protagonizada por John Cusack basada en esta novela, recuerdo que la echaban por la 2 a las tantas de la madrugada (sí, en aquella época era un rarito de esos, menos mal que me hice mayor), y recuerdo que me dejó un regusto de lo más suculento en el paladar. Por ese motivo cuando encontré el libro en Oxfam (una cadena de productos de segunda mano que da los beneficios al Tercer Mundo y que son para mi las más deliciosas librerías de Londres) por apenas dos libras, no tenía ciertamente ninguna excusa para no devorarlo en cuanto los fines de semana, los previos de los fines de semana y las consecuencias de los fines de semana me lo permitiesen.

Y me duró dos días pelados. No había tenido la oportunidad de leer nada de Nick Hornby anteriormente, ya que no es un autor especialmente conocido en España. Probablemente se deba (o al menos eso he leído en una sesuda web) a que las traducción al castellano que le suele acompañar no es tan brillante como debiera ser, probablemente no tanto por calidad o capacidad del traductor, que no seré yo quien la ponga en duda, sino porque el lenguaje tan inteligente y a la vez tan apegado a lo que es el día a día en Londres, y a la forma en la que habla la gente en esa ciudad, su olor, sus sensaciones… muy mucho me temo que sea difícil de reproducir todo eso en otro idioma. Algún valiente, paso al frente.

En cualquier caso, una auténtica joya. No recuerdo haberme reído tanto con una novela en mi vida, y eso que se trata no tanto de una comedia clásica sino más bien de una comedia romántica de esas en las que siempre está Hugh Grant figurando en el póster. Los personajes, sobre todo el protagonista, son sencillamente deliciosos, y los diálogos, con mucho lo mejor de la novela, absolutamente hilarantes sin dejar de ser fluidos, naturales y, sobre todo, creíbles. El que no se sienta identificado con al menos un treinta por ciento de lo que dice el protagonista, o mejor aún, de lo que piensa, de lo que cree y de cómo se lo cree, o bien miente o bien no es de este planeta. O no es un tío, lo cual, pensándolo bien, incluye a más de la mitad del planeta… en cualquier caso, es curioso cómo uno puede llegar a identificarse con un personaje tan canalla, torpe y buenazo en el fondo. ¿Aunque, es realmente curioso?

Eso sí, que nadie espere nada especialmente profundo, ni tan siquiera elevado o merecedor de algún premio pedante de estos que ahora son carne de cañón pedante. El libro entretiene, con estilo, con gracia, con clase y con mucha, mucha sabiduría, popular pero no por ello menos sólida y consistente. Si a ello le añadimos un poco de laurel (un montón de rincones de Londres que te obligan a esbozar una sonrisa cómplice), una pizca de comino (una interminable clasificación de canciones, discos, películas…), sal en su medida justa y sin pasarnos (como dice el protagonista, “eso” queda al otro lado de la puerta, donde debe) y un final demasiado feliz, de los que a todos en el fondo nos gustan aunque sólo los que no somos más hipócritas de lo necesario lo reconozcamos, tenemos como resultado la novela que más he disfrutado en el último año, por no ir más atrás que tampoco es cuestión de presumir de memoria histórica. Y como al final de lo que se trata es de disfrutar, y el que no esté de acuerdo ahí tiene la puerta, lo primero que hice al día siguiente fue ir a Blackstones a comprarme otras dos novelas del señor Hornby. Y poner una velita a San Pancracio para que viva muchos años y escriba muchos más como High Fidelity.