Esto va de los libros que leo, de los que me gustan y también de los que no.

martes, 11 de noviembre de 2008

High Fidelity, Nick Hornby

Cuando en su día vi la película protagonizada por John Cusack basada en esta novela, recuerdo que la echaban por la 2 a las tantas de la madrugada (sí, en aquella época era un rarito de esos, menos mal que me hice mayor), y recuerdo que me dejó un regusto de lo más suculento en el paladar. Por ese motivo cuando encontré el libro en Oxfam (una cadena de productos de segunda mano que da los beneficios al Tercer Mundo y que son para mi las más deliciosas librerías de Londres) por apenas dos libras, no tenía ciertamente ninguna excusa para no devorarlo en cuanto los fines de semana, los previos de los fines de semana y las consecuencias de los fines de semana me lo permitiesen.

Y me duró dos días pelados. No había tenido la oportunidad de leer nada de Nick Hornby anteriormente, ya que no es un autor especialmente conocido en España. Probablemente se deba (o al menos eso he leído en una sesuda web) a que las traducción al castellano que le suele acompañar no es tan brillante como debiera ser, probablemente no tanto por calidad o capacidad del traductor, que no seré yo quien la ponga en duda, sino porque el lenguaje tan inteligente y a la vez tan apegado a lo que es el día a día en Londres, y a la forma en la que habla la gente en esa ciudad, su olor, sus sensaciones… muy mucho me temo que sea difícil de reproducir todo eso en otro idioma. Algún valiente, paso al frente.

En cualquier caso, una auténtica joya. No recuerdo haberme reído tanto con una novela en mi vida, y eso que se trata no tanto de una comedia clásica sino más bien de una comedia romántica de esas en las que siempre está Hugh Grant figurando en el póster. Los personajes, sobre todo el protagonista, son sencillamente deliciosos, y los diálogos, con mucho lo mejor de la novela, absolutamente hilarantes sin dejar de ser fluidos, naturales y, sobre todo, creíbles. El que no se sienta identificado con al menos un treinta por ciento de lo que dice el protagonista, o mejor aún, de lo que piensa, de lo que cree y de cómo se lo cree, o bien miente o bien no es de este planeta. O no es un tío, lo cual, pensándolo bien, incluye a más de la mitad del planeta… en cualquier caso, es curioso cómo uno puede llegar a identificarse con un personaje tan canalla, torpe y buenazo en el fondo. ¿Aunque, es realmente curioso?

Eso sí, que nadie espere nada especialmente profundo, ni tan siquiera elevado o merecedor de algún premio pedante de estos que ahora son carne de cañón pedante. El libro entretiene, con estilo, con gracia, con clase y con mucha, mucha sabiduría, popular pero no por ello menos sólida y consistente. Si a ello le añadimos un poco de laurel (un montón de rincones de Londres que te obligan a esbozar una sonrisa cómplice), una pizca de comino (una interminable clasificación de canciones, discos, películas…), sal en su medida justa y sin pasarnos (como dice el protagonista, “eso” queda al otro lado de la puerta, donde debe) y un final demasiado feliz, de los que a todos en el fondo nos gustan aunque sólo los que no somos más hipócritas de lo necesario lo reconozcamos, tenemos como resultado la novela que más he disfrutado en el último año, por no ir más atrás que tampoco es cuestión de presumir de memoria histórica. Y como al final de lo que se trata es de disfrutar, y el que no esté de acuerdo ahí tiene la puerta, lo primero que hice al día siguiente fue ir a Blackstones a comprarme otras dos novelas del señor Hornby. Y poner una velita a San Pancracio para que viva muchos años y escriba muchos más como High Fidelity.

2 comentarios:

makotogim dijo...

que gusto el que vuelvas a publicar...jachondo!!!! la verdad que dan ganas de leerlo. Aunque con lo vago que estoy ultimamente, me da a mi que lo voy a hacer en la lengua de Cervantes.

un abrazo

sbs dijo...

enorme high fidelity, allá va mi reflexión de hace casi un año ya ;-) http://sebasmuriel.es/?p=352

;-)