Esto va de los libros que leo, de los que me gustan y también de los que no.

lunes, 30 de marzo de 2009

How to be good, Nick Hornby

Y con esta entrada terminamos la etapa “Hornbyniana” del blog, ya que How to be Good es la única novela que todavía no había tenido entrada en el mismo. Aunque Hornby tiene editados unos cuantos libros de recopilación de artículos de diversas materias, de momento no me siento especialmente inclinado a hincarles el diente… básicamente se trata en su mayoría de críticas de discos y libros que, si bien probablemente sean interesantes y estén bien escritas, a día de hoy no me acaban de convencer lo suficiente para hacer click a mis amigos de Amazon.

Y tristemente, cerramos el ciclo con la novela que menos me ha gustado del autor. Probablemente me acusarán ustedes de misógino, pero creo que la razón de que el libro no tenga el mismo encanto que los anteriores es que la protagonista del mismo es una mujer. Y maticemos esto, porque buena parte de los personajes geniales del autor que he descrito en entradas anteriores eran mujeres, adolescentes, madres o hermanas – Jess en A long way Down, la madre del protagonista de Slam o las múltiples novias a las que Rob hace la vida imposible en Alta Fidelidad. Son grandes personajes todos ellos, maravillosamente matizados y con una energía arrebatadora en la mayoría de los casos. Sin embargo, como eje central de su obra, Hornby necesita a alguien patético y entrañable a la vez, y en ocasiones da ligeramente la impresión sólo es capaz de definir esas características con nitidez cuando utiliza para ello un personaje masculino, probablemente porque riéndose de ellos de alguna forma se está riendo de sí mismo. Hasta el ejemplo de hacer una autobiografía como Fever Pitch en la que él mismo parece un personaje más.

Katie, a pesar de un inicio absolutamente arrebatador en el que deja a su marido por teléfono en un garaje porque sencillamente según está hablando con él se da cuenta de que no le soporta más (demos gracias que leí el libro hace un mes y no hace dos semanas), no cuenta con todas las características necesarias para todo ello, y despega sus alas sólo a medias en la novela. Su marido, claramente el imperfecto -Hornby- de la familia, es el que arranca sonrisas al lector, y el que le empuja a pasar una página tras otra. Él y un chiflado hippie al que conoce, o los dos hijos de la pareja. Sin embargo, Katie es la narradora, es la que lleva el peso del libro, y es la que le da consistencia y continuidad. No diré yo que no sea un buen personaje, sencillamente no es memorable como el resto de los protagonistas del buen amigo Nick. Y en el país de los ciegos, el tuerto es el rey, o todo lo contrario.

Tampoco nos llevemos las manos a la cabeza: el libro es entretenido, y se deja leer con ganas. Bastante más agridulce que sus primos segundos, probablemente esa carencia del optimismo derrochador de a Long Way Down o de High Fidelity, aunque mostrado de forma paradójica y en muchos casos ambigua, es lo que menos me acabe de convencer. Los happy ending de otras obras no se repiten aquí, y bastante mal está el mundo como para que nos privemos también de las pocas historias que nos hacen sonreir al final, rebañar en el cubo de palomitas y enfilar hacia el centro comercial a comer unos Nachos. No podemos ni debemos prescindir de esos pequeños detalles, en mi opinión. Bastante hablan ya de la crisis en la 2.

Por lo demás, más de lo mismo: emplazado en el Norte de Londres, familia de clase media que, en este caso, no tiene ningún problema para llegar a fin de mes, familia desestructurada pero sin tintes dramáticos, y diálogos geniales cada dos o tres páginas. Vintage Hornby, aunque un poco peor.

viernes, 27 de marzo de 2009

Leviathan, Paul Auster

Paul Auster rara vez defrauda, al menos en mi opinión. Y eso que mi opinión no es la del típico seguidor de Auster, que considera Trilogía de Nueva York una obra maestra y menosprecia Brooklyn Follies por simple. De hecho, mi novela favorita del autor es esta última, y su supuesta obra magna me aburrió y me pareció ciertamente pretenciosa. Leviathan se acerca más a la primera en cronología (data de 1992), y más a la segunda en espíritu.

En cualquier caso, todo lo que he leído suyo desde entonces no me ha dejado indiferente, y Leviathan se ciñe al cien por cien a esa tónica. El argumento se rige por un recorrido por la vida de un escritor que evoluciona desde la simple excentricidad que caracteriza al artista común hacia unas tendencias paranoicas que le terminan convirtiendo en algo completamente distinto, hasta el límite de finiquitar, de forma literal, su ajetreada vida (no desvelo nada del libro, que no cunda el pánico - el protagonista muere en la página dos). Hablar más del argumento tendería a destrozar una obra que por otro lado no es especialmente conocida. Así que hasta aquí puedo leer.

Todo ello visto no en primera persona, sino desde la perspectiva de su mejor amigo, también escritor, de tal forma que el relato es en cierta moda una autobiografía de ambos personajes, discurriendo las experiencias, personas y personajes comunes de ambos de forma paralela en ocasiones y entremezclándose en una espiral en otras. Como casi siempre en este tipo de novelas que parten de personajes sin excesivo brillo que sin embargo son llevados a situaciones y vidas excepcionales, una serie de inesperados acontecimientos, puntuales pero radicalmente definitivos, alteran su vida de forma trascendental, y con ello convierten la experiencia de leer el libro en algo distinto y atractivo para el lector. Me gusta esta forma de elaborar una historia, tan propia de autores como Auster o Mc Ewan.

Otro elemento que me interesa del libro, y del que también es partícipe buena parte de la obra del autor, es su forma de acercarnos a personajes especialmente cultos, de clase media acomodada en muchas de las ocasiones, y con vidas tan bohemias y distintas de las nuestras, sin que se experimente por parte del lector ningún choque o chirrío. Y es que personajes como los descritos en Leviathan son probablemente muy habituales en el entorno de Auster, en sus tertulias y cenas, en sus grupos de amigos y compañeros de profesión. Pero ciertamente no lo son en el mío, y probablemente tampoco en el tuyo. Es por eso que permitir que uno se sienta cómodo y nada desplazado leyendo sus peripecias me parece una pequeña pieza de orfebrería no al alcance de cualquiera. La credibilidad de los personajes y de sus reacciones es para mí el punto fuerte del libro.

Por lo demás, el estilo de Auster, como es habitual, es exquisito y eficiente a la vez. No se recarga, ni se hace complicado de leer, sin caer en el simplismo de Dan Brown o de cierta novela de vampiros de cuyo nombre ciertamente no quiero acordarme. Nada que decir al respecto que no se haya dicho ya en tantos otros sitios, en cualquier caso.

En definitiva, un buen libro. Probablemente no una obra maestra, y seguramente no el mejor del autor. Me gustaron más Brooklyn Follies o The Book of Illusions, ciertamente. Lo cual no lo hace menos recomendable, claro.

jueves, 12 de marzo de 2009

Fever Pitch, Nick Hornby

Genial, sencillamente genial esta pequeña joya. Aquí en el Reino Unido es razonablemente habitual encontrar todo tipo de libros que tratan el mundo del futbol desde muy diversas perspectivas: infames biografías de jugadores aún en activo (algunos de ellos empezando sus carreras, como Wayne Rooney que tiene ya contratadas tres truños ¡para los próximos diez años!), igualmente infames biografías de jugadores retirados, alguna pequeña joya de alguna leyenda del futbol que además resulto saber escribir, historia y gloria de clubs, historia de campeonatos, etc. etc. etc. Y todos ellos venden como churros porque, como cualquiera que haya vivido algún tiempo aquí sabe muy bien, en el Reino Unido futbol es ley. Para eso lo inventaron, que digo yo.

Fever pitch (fiebre en las gradas?) es algo completamente distinto. Se trata de un repaso autobiográfico del autor en el que cada capitulo, de entre 4 y 15 paginas como máximo, gira en torno a un partido de futbol o un momento concreto de algún campeonato, ligándolo y enlazándolo Hornby con cómo era su vida en aquel momento dado, y cómo estos acontecimientos le afectaron y definieron como la persona que es hoy. Así de sencillo, de un plumazo recorremos los últimos treinta años de historia futbolística de Inglaterra, desde la perspectiva de un aficionado del Arsenal, y por el mismo precio leemos una biografía de calidad del autor que incluso para un no fan de este género resulta ser de lo más agradable de leer.

Hornby es un autentico fanático del Arsenal, además de fanático (a secas) del fútbol en general. A lo largo de la novela (¿de nuevo, es en realidad una novela?) nos enfrenta a situaciones a cual más patética, entrañable y, en muchos casos, emotiva a la vez que se van sucediendo una tras otra. Yo, aficionado del Real Madrid, no soy ni muchísimo menos tan forofo de mi club como Hornby es del suyo, y desde luego, nunca he tenido carnet de socio. Sin embargo, buena parte de los sentimientos, iras y alegrías que él experimenta son en definitiva universales al incomprensible e inimitable mundo del fútbol, opio del pueblo si se quiere, pero opio sin sotana. Su forma de sugestionar a su novia para hacerla forofa del Arsenal, su relación con otros hinchas a cual mas bizarro, su… qué se yo, su inmensa alegría cuando ganan la FA cup por fin, después de tantas decepciones. Solamente he experimentado relaciones así de fuertes relacionadas con futbol una vez, con la ultima liga de Capello ganada contra el Mallorca, y lo cierto es que queda a años luz de algunas de las cosas que Hornby describe. ¿Cómo alguien tan leído y con una cultura tan amplia puede ser tan irracionalmente fanático del futbol a la vez? ¿Cómo puede un científico decir que cree en Dios? Y sin embargo… sucede. Y probablemente el mundo sea un mejor lugar por ello.

Además, aprende uno mucho más de cultura inglesa con este libro que con la mayor parte de las otras cosas que he tenido oportunidad de leer por estos lares. Geografía, historia, maneras de vivir. Y, obviamente, cultura futbolística. Uno se entera de que el Arsenal era un equipo perdedor hace 30 años, que el Liverpool es el club grande de verdad de ese país (lo han demostrado esta semana otra vez), que el Manchester ha sido siempre un equipo de quiero y no puedo (aunque últimamente sea el equipo de moda), o que el Tottenham ha sido tradicionalmente el primer equipo de Londres y el que mejor futbol hacia, el equipo elegante por antonomásia. Y descubres el mundo de la primera división, la tragedia de Heysel, Pelé y tantos otros jugadores clásicos… fútbol es fútbol, que diría Cruyff.

En definitiva, una auténtica perlita que todo amante del futbol debiera leer. Sí o sí.

martes, 3 de marzo de 2009

About a boy, Nick Hornby

About a boy, por la canción de Nirvana, que de hecho tiene una relevancia importante en la trama (como ya indiqué en un post anterior). Así que por favor, no me lo traduzcan como “un gran chico”, que me meo de la risa.

Tras Twilight ha tocado volver a los clásicos, claro. No quedaba otra, el señor Hornby al rescate. Y en plena forma, no cabe duda... bueno, en plena forma estaba cuando escribió el libro, hace un porrón de años. Otra cosa es que lo estén editando en castellano a estas alturas… en fin. El argumento de esta novela es sencillo: Will, un tipo de lo más cool que parece que se niega a envejecer como se debe y a veces no se puede tiene la gran idea de fingir que tiene un hijo para ligar con MILFs. La cosa no le sale demasiado bien, pero como premio de consolación conoce a Marcus, su paradójica antítesis: un pobre chaval de 12 años que parece la persona más mayor (en la mayoría de los casos, para mal) del mundo. Y que sin embargo es genial.

Y de cómo se forja una maravillosa relación entre ellos, y de cómo poco a poco van cambiando sus circunstancias y ellos por tanto, es de lo que básicamente va esta preciosa novela desarrollada, como no, en el norte de Londres donde Marcus y su madre con tendencias suicidas viven. Ellie, una maravillosa grunge con apetito por romper cosas, o Rachel, la nueva novia de Will, dan mucho juego en lo que es un interesantísimo ejercicio de juicio de qué es y que debería ser cool, y en qué medida nuestra edad, acunada por los estereotipos, de alguna manera acaba determinando nuestra forma de ser o, cuanto menos, de comportarnos. Y de lo difícil que en ocasiones es encontrar a alguien que cuide de ti, ya tengas doce o treinta años.

Una vez más, lo mejor sin lugar a dudas de esta joyita son los personajes y, más concretamente, los diálogos, en este caso muy especialmente los que involucran a Will y Marcus sin por ello olvidarnos de Ellie. Esta última esta especialmente genial en el capitulo en el que muere Kurt Cobain: la situación en la comisaria al final de ese mismo capitulo es sin lugar a dudas patética e hilarantes que le he leído al autor.

Tengo curiosidad por ver la adaptación al cine de la novela, en la que sale Hugh Grant. Si alguien la ha visto, please que me comente que tal y si merece la pena enchufar el torrent.

Por lo demás, un mucho de cultura pop que permite a Hornby desplegar su cultura musical de crítico de medio pelo con buen gusto, una pizca de happy ending y un mucho de humanidad que te llega hondo a veces y que a la vez te ayuda a partirte de risa. Juntos, constituyen un gran digestivo en el que, gracias al Santísimo, nadie muerde a nadie. No es Alta Fidelidad, pero se queda muy muy cerquita.

By the way, acabo de leer también Fever Pitch y How to be good, del mismo autor. Pronto los posts, pero de momento mi clasificación de todo lo que he tenido oportunidad de leer suyo, de más a menos recomendable según mi siempre de fiar opinión:

1. A long way down
2. High Fidelity
3. About a boy
4. Fever Pitch
5. How to be good
6. Slam

Cualquiera de ellos muy recomendable, no obstante.